Itzel estaba llena de odio y tristeza porque sus compañeros de clase la lastimaron. Le dijeron “ignorante”. La hicieron sentir culpable. Le infundieron temor. Pero Itzel sabía que no podía quedarse tirada moralmente. Que debía levantarse.
De esto tratan mis mejores libros para jóvenes: Sangre de Campeón. Sangre de Campeón Invencible y Sangre de Campeón Sin cadenas.
Como Itzel, todos hemos tenido tropiezos graves. Situaciones difíciles de enfrentar. Pero por nuestras venas corre sangre de campeón. Por eso te digo. Amigo, amiga: Los problemas se resuelven pensando. Los retos se enfrentan con estrategias. Los sueños adquieren sentido cuando reflexionamos mucho en ellos y, visualizamos los pasos a seguir para alcanzarlos. Busca un sitio privado, donde puedas escribir y dibujar a tus anchas: Tu cueva de estrategia.
Para tomar decisiones claras, levantarte de cualquier tropiezo y prosperar con seguridad, entra a tu cueva de estrategia y haz tres cosas:

1. Organízate
La mayoría de la gente tiene su vida desordenada. El desorden cuesta caro. Cuesta dinero y tiempo. Genera un círculo vicioso: las cosas se pierden y, al buscarlas, todo se revuelve más. Rompe el ciclo. Lo primero que debes hacer de inmediato es arreglar tu sitio personal. Nadie tiene una varita mágica para lograr el orden. Hay que dedicarse a ello. Al principio, días, después, quince o veinte minutos diarios. Reserva un día a la semana para hacer limpieza profunda y pulir tu organización. Los sábados pueden ser excelentes para ello. Siempre será más gratificante hacerlo que ver la televisión o quedarte dormido.

2. Crea una libreta de estrategia
Puedes descargar en tu teléfono una aplicación que te ayude a organizarte. O mejor aún, compra una libreta física. Nada se le puede comparar a una organización física. Cambia tu libreta cuando se te acabe y colecciona las libretas durante toda tu vida. Comienza hoy. Tu libreta de estrategia puede tener siete partes: Un diario breve con el resumen de lo que haces cada día. Una sección de frases, ideas o reflexiones útiles. Una sección de dinero. Lo que ganas y lo que gastas. Un calendario con tus compromisos. Teléfonos y datos. Metas a largo plazo y objetivos inmediatos. Horarios.
Las metas le darán sentido a tu vida y serán la base de tu estrategia para progresar.

3. Haz previsiones
Prepárate siempre para lo peor, pero espera lo mejor. Piensa mucho. Acostúmbrate a caminar, a andar en bicicleta o a pasear hablando contigo mismo. Tú eres el mayor motivador y crítico que tienes. Nadie mejor que tú puede determinar cuando has hecho bien las cosas o te has equivocado. Al hablar contigo podrás autoevaluarte, decirte cómo vas, cuánto te falta para lograr tus metas, y qué debes hacer ese día para subir el peldaño que te corresponde. Desahógate cuando sea necesario. El llanto lava los residuos del corazón. No tengas miedo a ser vulnerable. Mantener contacto con tus emociones y con la verdad te hará sentir libre.
Tu eres un soñador. Vives para hacer grandes cosas. Ni las críticas ni los ataques de personas envidiosas pueden contenerte. Jamás te des por vencido. Recuerda que por tus venas corre Sangre de campeón.