Por: Carlos Cuauhtémoc Sánchez
Amigo lector. Tienes una historia que contar. Eres superviviente de batallas cruentas. Eres conquistador de sueños. Eres luchador. Sigues en pie, a pesar de haber atravesado adversidades. ¡El mundo debe conocer tu historia! Por eso, escribe.
El propósito gobernante de mi libro Conflictos, creencias y sueños es ese. Justamente. Invitarte a escribir. En ese libro desvelo mis secretos más preciados como escritor y los planteo en un método de 25 retos para que personas como tú escriban su propio libro. Si sigues ese método de 25 pasos, producirás un best seller y mucha gente se beneficiará con tu historia. Pero no pierdas de vista esa meta: Beneficiar al lector, brindarle esperanza, motivarlo a convertirse, como tú, en un conquistador de sueños.
Hay autores que se regodean en la sangre, la obscenidad y la porquería, sin que haya progreso en sus personajes, sin que exista el menor intento de mostrar bondad en el relato; ¡engrandecen la inmundicia con el único fin de asquear al lector o despertarle pasiones sucias!
Hace poco, un joven me pidió que le diera mi opinión respecto a un cuento que hizo. Era la historia de un inquisidor que disfrutaba destripando a sus torturados, rompiéndoles los huesos, sacándoles los ojos. Las descripciones eran buenas, explícitas, impresionantes. Pero el cuento no servía, porque no proponía ninguna solución bondadosa; el mal ganaba a ultranza dejando una estela de desesperanza.
Cuando escribas tu libro, no olvides que debes de provocar en tu lector emociones que lo dejen “mejor que como estaba antes de leerte”.
La buena ficción narrativa entretiene, conmueve, divierte, toca el corazón y provoca un agradable sabor de boca al terminar.
De ninguna forma te estoy sugiriendo que escribas libros de superación o autoayuda. Escribe lo que se te antoje: relatos de amor, policiacos, de misterio, eróticos, de terror; lo que quieras, siempre y cuando tus personajes vivan luchas reales y se muevan al cambio positivo. Si el protagonista mejora, reflexiona y aprende de sus errores, el lector se inspirará por refracción.
Nunca olvides que para el buen escritor, lo más importante es su lector. Procura añadirle valor. Y haz lo mismo con tus amigos, compañeros de trabajo o familiares. Enaltécelos. Déjalos mejor de como estaban al encontrarse contigo. Comparte siempre una palabra alentadora, un consejo amigable o una palmada de cariño. La gente a tu alrededor lo necesita más de lo que crees.
Siempre tienes la posibilidad (y decisión) de inspirar o perjudicar a la gente que te escucha o te lee. Si decides escribir tu historia, sigue los 25 pasos de mi libro Conflictos, creencias y sueños y asegúrate de que tu toque al escribir deje al lector mejor que como estaba.
Puedes hacerlo. Tienes talento. Naciste para dejar huella. Por eso, escribe.