Amigo,amiga: ¿te pasas la vida corriendo y terminas posponiendo lo importante para atender lo urgente?
Se acercan las fiestas de fin de año. Sentirásde manera natural una especie de fuerza inspiradora que traerá a tu mente el recuerdo de esas personas trascendentesa quienes no has disfrutado del todo este año. Incluso, tal vez,con quienes te has enemistado.
Es momento de hacer un alto. De generar tiempo en familia. Y cuando digo esto, no me refiero agrandes reuniones. Hablo de encuentrospersonales con tu esposa o esposo, con tus hijos, hermanos y padres, pararecordar lo caminado juntos; para dar gracias por ello.
No permitas que sea la tuya una de tantas familias que,a causa de antiguas heridas, permanecen separadas porabismosemocionales. No dejes que las distancias crezcan, ni que tu indiferencia termine lastimando a quienes más amas.
Diciembre es un tiempo de encuentro.Es una oportunidad especial para hacer posible el abrazo. Pero todo reencuentro exige un esfuerzo. Nada es gratis y mucho menos lo que de verdad vale la pena. Debestener disposición interiory pasos concretos para conseguirlo. Te propongo esto:
1o. Deséalo: haz memoria de los buenos momentos, de lo que realmente significa esa persona para ti. Sincérate contigo, reconoce cuánta falta te hace y cuánto te gustaría que volviera a ser parte de tuvida.
2o.Perdona:hazlo en dos direcciones; a ti, por tus debilidades y faltas; y a los demás, por no ser como desearías que fueran. La culpa y el rencor son una pesada mochila que no te permite dar pasos acertados con libertad. Por eso, cuanto antes te desprendas de la culpa y el rencor, más pronto alcanzarásel equilibrio.
3o. Dar el paso:ve en busca del otro, con completa sinceridad y sin armaduras. Pero hazlo con decisión, porque el miedo y el orgullo pueden jugar en tu contra, y estar pensandoen la reacción del otro puede impedir que des el salto. ¡Ánimo!Si el amor es tu bandera, todo encuentro es posible.
4o. Permanecer:si ya has conquistado el abrazo, ahora ¡cuídalo! Dale un recreo a las preocupaciones de fuera, y dedícate a demostrar el amor. Escribe una carta a tu esposa, elije un obsequio para tus hijos, sorprende a tus padres con un paseo, prepara un banquete a tus hermanos… Ten detalles que demuestren cuánto valen ellos para ti, y que es un privilegio que formen parte de tu vida.
¿Te parece sencillo? ¡Claro que lo es! Pero exige sinceridad y valor. Te sorprenderíasaber cuántas familias permanecen separadas porque nadieseatreve a dar el primer paso.
Ejemplos de esto son las historias que viven algunos de mis personajes en Juventud en éxtasis, Un grito desesperado, La fuerza de Sheccid y Mientras respire, libros muy preciados para mí, en los que describo detalladamente todo lo que puede provocar el no contar con ese espacio sagrado llamado familia.
La familia es nuestro refugio para las tormentas que se presentan en la vida. Esto no se construye solo; es día a día, teniendo siempre presente que allí donde amamos, también es donde más lastimamos y nos lastiman; no porque el amor no sea verdadero, sino porque con nuestros seres queridos es donde más vulnerables somos. Por eso, no nos cansemos de provocar el encuentro, de perdonar y ser perdonados.Al fin y al cabo, nuestro hogar está donde están los que amamos.